La taurina es una molécula cuyo nombre deriva de la voz latina taurus (que significa toro) ya que fue aislada por primera vez de la bilis de toro en 1827 por los científicos alemanes Friedrich Tiedemann y Leopold Gmelin. Aunque mucha gente piensa que es un aminoácido, en realidad no lo es porque carece de un grupo carboxilo. Concretamente es un derivado del aminoácido cisteína que se encuentra presente en muchos alimentos tanto de origen animal (carnes, pescados y mariscos, lácteos y huevos) como de origen vegetal (ajo, perejil, algunas algas, etc.).
"No está demostrado que la taurina tenga un efecto positivo sobre la función cognitiva, ni que ayude a retrasar la fatiga tras el ejercicio"
La taurina interviene en la formación de la bilis y en los últimos años se ha demostrado que desempeña un papel importante en el sistema nervioso central y en la citoprotección. Además, mejora la visión y previene la degeneración macular. Todas estas propiedades han provocado que muchas casas comerciales enriquezcan sus productos con taurina alegando grandes beneficios.
Zumos 'Con taurina' como el que vi en el supermercado, chicles, bebidas, suplementos deportivos y hasta geles energéticos son algunos de los ejemplos cuya formulación se enriquece con este ácido orgánico. En su publicidad leemos que gracias a la taurina tienen infinidad de propiedades saludables, pero… ¿es eso cierto? Parece ser que no.
El máximo organismo europeo en materia de alimentación, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, ha emitido informes negativos sobre los supuestos beneficios de la taurina sobre la salud humana cuando se añade a alimentos. No está demostrado que la taurina tenga un efecto positivo sobre la función cognitiva, ni que ayude a retrasar la aparición de la fatiga tras el ejercicio físico, ni sobre la función normal cardiaca, ni sobre la función muscular, ni sobre nada. Conclusión: los zumos funcionales 'Con taurina' no aportan nada respecto a los zumos tradicionales.
Qué ocurre con los zumos 'Sin Taurina'
Vivimos en el 'mundo sin'. 'Sin aditivos”, 'sin conservantes ni colorantes', 'sin transgénicos', 'sin lactosa', 'sin gluten', 'sin pesticidas'…. incluso hay productos infantiles que 'han llegado a publicitarse como 'sin porquerías'. Todos ellos tienen algo en común: las marcas que los comercializan usan el miedo para vender sus productos. Es lo que se llama quimiofobia o rechazo a los ingredientes químicos. Por un lado hay que aclarar que los aditivos y los transgénicos permitidos son totalmente seguros si se ingieren según el patrón normal de consumo. Además, consumir alimentos 'Sin lactosa' o 'Sin gluten' solo es recomendable si somos intolerantes a la lactosa o tenemos algún problema diagnosticado con el gluten. Por último, emplear eslóganes como 'Sin porquerías' o 'Sin pesticidas' dando a entender que otras marcas sí poseen porquerías o pesticidas perjudiciales en sus productos es, desde mi punto de vista, un disparate injustificable.
"Los alimentos funcionales ricos en taurina no presentan ningún beneficio pero tampoco causan problemas a la salud"
¿Y qué ocurre con el zumo 'Sin Taurina'? No nos engañemos. Cuando una empresa emplea el eslogan 'Sin Taurina' manda el siguiente mensaje subliminal al consumidor: “La taurina es perjudicial y nuestro producto es seguro porque no la lleva, a diferencia de otras marcas comerciales”… y esto no es cierto. La misma Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria que ha rechazado los beneficios de enriquecer alimentos con taurina ha afirmado que no hay riesgo por consumir alimentos funcionales ricos en taurina. Los niveles a los que se encuentra la taurina en estos productos están muy lejos de la dosis que puede dar lugar a algún tipo de problema sobre la salud. Nadie ha demostrado que la taurina sea carcinogénica, teratogénica, genotóxica o que produzca ningún tipo de problema sanitario.
¿Qué parámetro es el que hay que determinar para afirmar que una molécula no es tóxica? Su NOAEL (No Observed Adverse Effect Level), un índice de toxicidad que se determina en el proceso de “evaluación toxicológica”. El NOAEL refleja la máxima concentración o nivel de una sustancia, hallada experimentalmente o por observación, que no causa alteraciones adversas detectables en la morfología, capacidad funcional, crecimiento, desarrollo o duración de la vida de los organismos diana, distinguibles de los observados en organismos normales (control) de la misma especie y cepa, bajo condiciones definidas de exposición. Se expresa en mg/kg/día.
¿Y cuál es el NOAEL de la taurina? Oficialmente se ha establecido en 1000 mg taurina/kg/día. Esto quiere decir que una persona de 60 kg debería consumir en un solo día un mínimo de 60.000 mg de taurina para sobrepasar el NOAEL. Una lata de bebida energética puede contener 1.000 mg de taurina por lo que sería necesario ingerir en un solo día 60 latas de dicha bebida energética (algo impensable) para alcanzar el NOAEL. ¿Eso qué significa? Que los zumos 'Sin Taurina' no tienen sentido. La presencia de taurina no es peligrosa.
Queridos lectores, no se dejen confundir. El hecho que un compuesto no aporte beneficios sobre la salud no implica que sea perjudicial. En nuestro caso los alimentos enriquecidos con taurina no presentan ningún beneficio pero tampoco son tóxicos. Por tanto, anunciar productos como 'Con taurina' o 'Sin taurina' es absurdo. No gasten su dinero ni en unos ni en otros.
]]>Llevo más de 20 años dedicado a la gastronomía, soy cocinero y, desde hace ya más de una década, tengo mi propio negocio, en el que doy de comer verduras, verduras y más verduras; son mi pasión y, con el tiempo, me he dado cuenta de que la razón de más peso por la cual cocino verduras y las como sin parar es porque las adoro.
Las verduras son más versátiles y divertidas que cualquier otro producto, aunque para la mayoría sean un mero acompañamiento
A menudo se comen verduras por razones que no tienen que ver con la gastronomía. Cuántas personas las toman cuando quieren estar a régimen, o porque tienen alto el colesterol o elevado el nivel de ácido úrico, o porque nos obliga el médico por algún que otro problema de salud... Y aunque yo desde pequeño he comido de todo, tengo aún algún trauma con alguna de las verduras más conocidas y responsables del desprecio gastronómico al que están desterradas.
Pero hay un motivo por el cual la gran mayoría de personas o no come mucha verdura o las come poco. Ese motivo es que nos las han cocinado mal, muy mal… fatal.
Aún tengo esos recuerdos de la infancia del azufrado olor a coliflor sobrecocida que había en la cocina cada vez que mi madre la cocinaba, ¡qué horror! La cantidad de pan y bechamel o mayonesa que he comido para poder pasar el mal trago de comer coliflor o aquellas infumables judías verdes color guardia civil con patatas desechas o el famoso repollo rehogado o los incomestibles guisantes con jamón (que no era jamón, eran las partes duras o el tocino que sobraba de la pata del jamón).
La cocina casera, la de toda la vida, ha sido despiadada con el verde
Yo cocino verduras porque me gustan, como verduras porque me encantan y siempre seguiré cocinando verduras porque son mucho más versátiles y divertidas que cualquier otro producto; aunque, si las comparamos con carne y pescado, está claro que para la mayoría siempre serán un mero acompañamiento.
Mi intención es explicar cada semana algún producto que esté de temporada, contaros sus virtudes y cómo cocinarlo de una manera distinta para que comer verduras no sea un suplicio y pase a ser algo normal y divertido.
La cocina tradicional tiene un recetario rico y básico, pero esta cocina casera, la de toda la vida, la que nos han preparado en casa, ha sido despiadada para con el verde, y las técnicas tradicionales han masacrado texturas, aromas y sabores en el mejor de los casos, y en el peor han sido tapadas con sabores a ajo, jamón y pimentón.
Las verduras cocinadas de una manera más liviana, justas cocciones y potenciando su sabor, sin enmascararlo, hacen de ellas algo divino digno de ser comparado con el mejor plato de carne y pescado. Cada semana hablaré de un producto y de cómo sacarle el mejor partido.
Porque a todos os gusta la verdura.. ¡pero aún no lo sabéis!
]]>No sé si conoces la dieta LiveWell de WWF y sus 6 principios para mejorar tu salud y la del planeta: comer menos carne, aumentar el consumo de vegetales, evitar el consumo de alimentos procesados, comprar alimentos certificados, comer más variado y no malgastar alimentos.
"Vivimos para el 'tener' y por ende, para el 'hacer' y muy poco, o nada, para el 'ser' o el 'estar'. Más que humanos somos hacedores"
Para facilitar tu evolución hacia este tipo de dieta, hay una herramienta muy potente como es el Mindful Eating. La Alimentación Consciente o Mindful Eating supone comer con contención y con atención. Comer es una actividad natural, saludable y placentera para satisfacer el hambre, sin embargo, en nuestra cultura de la abundancia, comer es a menudo un acto inconsciente y que puede ser generador de muchos estados de deficiente gestión emocional, que el mindfulness te puede ayudar a mejorar, o simplemente a escoger mejor tus alimentos en base a una alimentación sana y en armonía con la naturaleza.
Y esto es debido a que cuando practicas Mindful Eating, o cualquier forma de Mindfulness, sientes de forma espontánea y natural una inmensa gratitud por la madre naturaleza. Ese estado de gratitud es la razón principal en la que se apoyaría tu cambio de hábitos hacia una alimentación respetuosa con tu salud y la del planeta, como la dieta comentada propuesta por WWF. Ese sentimiento de gratitud es la clave del Mindfulness Medioambiental, sobre el que vamos a profundizar en esta columna.
A partir de hoy, y si te gusta lo que lees en este blog, que Alimente ha puesto a tu disposición y a la mía, voy a intentar ejercer como tu entrenador personal en Mindfulness Medioambiental, para lo cual voy a compartir contigo mi propio bagaje como explorador de técnicas como el Mindful Eating, mindfulness, neurociencia, el cambio climático y el Kimwanismo.
Empecemos por lo más básico: El Kimwanismo, los Kimwanis y su simple modo de vida, que te va a facilitar, como metáfora, que te sea más sencillo tu entrenamiento en Mindfulness Medioambiental.
Los Kimwani viven en lo que mucha gente identifica como 'el paraíso': 34 exóticas islas tropicales, en el Norte de Mozambique y sur de Tanzania conocidas como Archipiélago de las Quirimbas, que dan nombre al Parque Nacional de las Quirimbas, una de las mayores reservas marinas del mundo y que tuve la suerte de conocer en 2015 y, a partir de ahí, iniciar un camino de aprendizaje sobre la sabiduría de los Kimwani y su traslación a nuestra sociedad.
"La FAO y la OMS ya han avisado sobre la importancia de la agricultura familiar campesina y los mercados de proximidad"
A pesar de ser muy pobres y de que su gran reto diario es llegar a poder comer cada día, se sienten tremendamente felices gracias a la sencillez de sus vidas, a lo que se suma un excelente clima, mucha pesca alrededor y una baja penetración del progreso Muzungu (denominación de los extranjeros en el Archipiélago).
Los Kimwani han renunciado a muchas ventajas del progreso, que consideran absolutamente innecesarias, a cambio de no tener que estar hipotecados en términos de consumismo de por vida. Lo que implica que no tienen que vivir para él 'hacer', ni mucho menos para el 'tener'. Y sí para disfrutar de las cosas pequeñas y sencillas de la vida. Algo, que a nosotros los Muzungus, se nos ha olvidado.
Los Muzungus, vivimos para el “tener” y por ende, para el “hacer” y muy poco, o nada, para el “ser” o el “estar”. Más que seres humanos somos seres hacedores. Y, para más inri, practicamos unos hábitos de vida y de alimentación muy poco saludables para nosotros y para la biosfera.¿Te has parado a pensar lo mal que comemos los Muzungus, a pesar de que todos sabemos, y entendemos, que somos lo que comemos?
La alimentación insana se ha convertido hoy en día en una pandemia que causa grandes estragos en nuestra salud y la del planeta, cuyas principales causas son sistémicas y estructurales, al haberse convertido la industria alimentaria en un potente lobby con gran capacidad de condicionar los sistemas de producción, el consumo alimentario y las decisiones políticas de los gobiernos.
La primera causa de nuestra alimentación insalubre son los alimentos procesados. Que suponen un alto porcentaje de nuestra dieta, a pesar de que la mayoría de los Muzungus somos conscientes del exceso de azúcares, grasas y sodio que contienen, además de los miles de aditivos químicos, un tanto misteriosos, como los endulzantes artificiales, los conservantes, los saborizantes artificiales, las grasas trans sintéticas, el glutamato monosódico o los colorantes, que contienen, que están por todas partes y que nadie ve gracias a la connivencia de las administraciones y la industria alimentaria.
"El etiquetado aporta más opacidad que transparencia, e impide a veces al consumidor acceder a información precisa"
El alto precio de la alimentación sana, respecto a la insana, es la segunda causa de lo mal que comemos los Muzungus. El incremento de costes que supone la comida ecológica es difícilmente alcanzable para la mayoría de la sociedad, que sigue consumiendo ingentes cantidades de alimentos procesados.
La industrialización de la comida es la tercera causa que ha supuesto la desaparición de los sistemas alimentarios locales de base familiar, centrados en la producción de alimentos saludables, cercanos y de temporada. En cambio, la industria alimentaria fabrica los alimentos con una alta carga de componentes insanos. Una buena noticia: la FAO y la OMS ya han comenzado a predicar sobre la importancia de recuperar la agricultura familiar campesina y los mercados locales alimentarios de proximidad, como pieza clave en la lucha contra la mala nutrición, el hambre y el cambio climático.
La publicidad es la cuarta causa de por qué comemos así de mal los Muzungus, ya que la industria y las grandes superficies invierten miles de millones para que reduzcamos nuestra capacidad real de decidir conscientemente. Es increíble, por ejemplo, cómo la sociedad permite que se atraiga a los niños a los establecimientos de comida rápida con juegos y juguetes.
Y la quinta y última causa del mal comer Muzungu es el etiquetado, que en la mayoría de los casos aporta más opacidad que transparencia. Tiende a desorientar, más que a informar, impidiendo al consumidor acceder a la información precisa sobre el alimento que va a comprar. Algún día el Big Data y una buena App de realidad aumentada acabarán con la complejidad de la mayoría de las etiquetas, con poco espacio dedicado a describir ingredientes y procesos y mucho espacio dirigido a potenciar la marca.
Pero cambiar nuestros hábitos alimentarios no es tarea fácil. Más de una vez seguro que has pensado en las dificultades de emprender ese camino, tanto por armonizarte con las cinturas de tus faldas o pantalones como por tu propia salud. Es ahí donde reside la potencia del Mindful Eating como herramienta para el cambio. Y la del Mindfulness Medioambiental si, además de tu salud, quieres trabajar en pro de la salud del planeta.
Mindful Eating significa 'Comer Consciente', invirtiendo tiempo (t.i.e.m.p.o) en degustar los alimentos, disfrutando del aquí y el ahora. Disminuir la velocidad al comer es una de las herramientas más poderosas en Alimentación Consciente. Puede parecer demasiado complicado en medio de la vorágine del día a día. Sin embargo, cuando somos capaces de disminuir la velocidad, somos capaces de saborear cada bocado, de expandir la experiencia y, por ende, de conectar con la satisfacción de comer.
Y en esa reconexión con el acto de comer, la senda la vas a encontrar señalada por nueve simples consejos inspirados en el feliz modo de vida Kimwani:
Consejo I “Coge de la naturaleza solo lo que necesites”
Consejo II.- “Cuida tu cuerpo”.
Consejo III.- Disfruta de los sentidos.
Consejo IV “Simplifica tu vida”.
Consejo V. “Vive con la luz”.
Consejo VI: “Cuida de los tuyos”.
Consejo VII “Cuida tu Alma”.
Consejo VIII. “Comparte contigo y con terceros”.
Consejo IX. “Sé feliz en el trabajo”.
Consejos que iremos desbrozando sesión a sesión y que espero te sirvan como motor del cambio hacia una vida más en sintonía con tu salud alimentaria y la salud del planeta. Bienvenido a Mindfoodland y a tu proceso personal de e-concienciación, futuro Kimwani.
]]>La alimentación y el ejercicio son claves cuando se quiere bajar de peso. Pero algunos buscan una ayuda para mejorar los resultados con remedios naturales y suplementos dietéticos. Muy populares entre quienes se han propuesto adelgazar, pero que provocan dudas y reticencias en la comunidad científica.
En una de las revisiones del contenido de los suplementos se detectó un compuesto peligroso para la salud: la efedra. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) decidió prohibir su uso en los complementos en 2004. La Unión Europea también lo incluyó en su listado de sustancias prohibidas tras la previa evaluación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Efectos perjudiciales de la efedra
La efedra, conocida también como “má huáng”, es una planta que contiene sustancias que pueden estimular el sistema nervioso, aumentar la cantidad de energía que quema el organismo, incrementar la pérdida de peso y disminuir el apetito, según explica el Instituto Nacional de Salud estadounidense.
Bajo este pretexto se comenzó a comercializar hasta convertirse en los 90 en un ingrediente muy utilizado en los suplementos dietéticos que se vendían para adelgazar e intensificar el rendimiento deportivo.
La FDA alertó en 2004 sobre su uso y la retiró del mercado. La efedra puede causar los siguientes efectos adversos:
NáuseasVómitosAnsiedadAlteraciones en el estado de ánimoPresión arterial altaRitmo cardiaco anormalApoplejíaConvulsionesAtaque cardiacoE incluso la muerteQué otras sustancias están prohibidas
En Europa se lleva un control de los suplementos alimenticios para prohibir aquellas sustancias que sean un riesgo potencial para la salud del consumidor. Actualmente, la UE tiene prohibido el uso en la fabricación de alimentos y su adición en alimentos de las siguientes sustancias:
Aloe-emodina y todos los preparados en los que esté presente esta sustancia.Corteza de Yohimbe y sus preparados procedentes de Yohimbe [Pausinystalia yohimbe (K. Schum) Pierre ex Beille].Dantrona y todos los preparados en los que esté presente esta sustancia.Emodina y todos los preparados en los que esté presente esta sustancia.Hierbas de Ephedra (efedra) y sus preparados procedentes del género Ephedra.Preparados de la hoja de especies de Aloe que contengan derivados hidroxiantracénicos.Consejos antes de comprar complementos
Para saber sobre la seguridad de los complementos cuentas con un buscador de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Aquí encontrarás los que están notificados en la UE y podrás comprobar las declaraciones nutricionales o propiedades saludables. Si vas a comprar a través de internet, asegúrate de que son sitios de confianza como las webs oficiales. Fíjate que tengan la siguiente información:
Nombre completo de la entidadNúmero de identificación fiscalDatos de su inscripción en el registro mercantilDirección postalDirección de correo electrónico
Desde el organismo avisan que natural no significa seguro. “Muchas especies vegetales contienen sustancias activas que pueden ser no seguras para algunas personas o suponer un riesgo si se consumen en altas cantidades, como puede suceder con algunos extractos concentrados”, señalan. También apuntan que la ayuda para el control del peso solo tiene sentido con un estilo de vida saludable. Debes huir de los remedios milagrosos porque ningún producto te hará bajar de peso por sí solo.
En el caso de estar embarazada, indican que primero debes consultar siempre a un profesional sanitario, ya que hay poca información sobre la seguridad de muchas sustancias en estas etapas y algunas pueden presentar riesgos para la salud de la madre y del bebé. El mismo consejo debes seguir si vas a darle cualquier complemento a un niño.
]]>Los mitos sobre la fruta suelen ser habituales en la población. Entre las falsas creencias más extendidas están las de que engorda o que causa indigestión si se consume después de comer. Esto ha hecho que los hábitos de los consumidores a la hora de tomar fruta hayan variado, sin ni siquiera cerciorarse de lo que dicen los expertos sobre este asunto.
Consumir fruta es una buena opción, ya sea antes o después de comer, y no por ello engordarán más o dificultarán la digestión, aseguran desde el canal de salud del grupo hospitalario Quirón. “La fruta es fruta, y es buena a todas horas, sobre todo si comiéndola eliminamos de nuestra dieta otros productos menos saludables, como helados o postres dulces”, afirman.
Eso sí, tomar la fruta antes de la comida tiene una ventaja muy positiva, y es que ayuda a saciar el apetito y la sensación de hambre, por lo que facilita que se coma una menor cantidad de los platos principales. El plátano, por ejemplo, aporta 90 calorías por cada 100 gramos y es una fruta baja en grasas, solo contiene un 0,27%; además es una fuente de fibra, que contribuye a prevenir el estreñimiento y el cáncer de colon.
El plátano: perfecto a cualquier horaEsta fruta aporta un 20% de carbohidratos complejos y una gran cantidad de potasio y magnesio, lo que sirve para evitar calambres y contracciones musculares, por lo que es muy recomendable para los deportistas, que los consumen en caso de fatiga por deficiencia proteica y de anemia. El plátano también permite nivelar la glucosa y la tensión arterial, reduciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e hipertensión.
Por lo tanto, el consumo del plátano, antes o después de comer, es perfecto para lograr una dieta saludable por su alto valor nutricional, según se desprende de los apuntes del Ministerio de Sanidad. Su delicioso sabor hace que sea de las tres frutas más consumidas en España, junto a la naranja y la manzana.
El consumo del plátano, antes o después de comer, es perfecto para lograr una dieta saludable por su alto valor nutricional
Recientemente, investigadores de la Universidad de Extremadura llevaron a cabo un ensayo clínico en el que descubrieron que tomar esta fruta permite la producción de serotonina, un neurotransmisor vital para regular el estado anímico de una persona. Junto a esto, ayuda a conciliar el sueño gracias al triptófano, un aminoácido esencial que incrementa el desarrollo de melatonina.
]]>Diferencias y similitudes para decidir con cuál quedarseUna chica explica cómo consiguió su sorprendente cambio físico haciendo este ejercicio durante 15 minutos al día
Ejercitar el cuerpo haciendo pilates aporta muchos beneficios. Además de mejorar la postura, ayuda a perder peso, a incrementar la flexibilidad y la coordinación, al tiempo que permite tonificar el cuerpo, fortalecer la musculatura de la espalda y el core, amén de disminuir el estrés y la ansiedad. ¡Todo ventajas!
El método 3-2-8, que se hizo popular gracias a los vídeos que la influencer británica Natalie Rose compartió en TikTok, es una rutina de ejercicios semanal que combina el levantamiento de pesas, el pilates y caminar o correr. Se ha puesto de moda y arrasa entre las personas que quieren aumentar su calidad de vida al tiempo que adelgazan, endurecen los glúteos y reducen los dolores de espalda.
¿En qué consiste el método 3-2-8?El primero de los tres componentes de este método, el 3, alude a un entrenamiento con pesas para todo el cuerpo que se debe realizar 3 días a la semana. Para ello se pueden utilizar mancuernas, barras, sacos de arena o pesas rusas, y los tres días se pueden alternar con un entrenamiento completo del cuerpo, otro que trabaje la parte superior y otro que lo haga en la parte inferior. Eso sí, siempre asesorado con un monitor o entrenador experto.
Por su parte, el segundo de los elementos, el 2, hace referencia a los días a la semana en los que hay que hacer pilates. Este ejercicio ayudará al cuerpo a estirarse después del levantamiento de pesas, ayudando a tonificar las abdominales, mejorando la fuerza central y reduciendo las molestias de espalda.
Por último, la tercera pieza de este método, el 8, se asocia a caminar 8.000 pasos al día durante toda la semana, aunque también pueden hacerse corriendo. Con esto se conseguirán quemar 300 calorías adicionales por día, lo que favorecerá la pérdida de peso cuando se combina con levantamiento de pesas y pilates.
Especialmente indicado para mujeres que superan los 50 años, este método ayuda a fortalecer los glúteos y evitar los dolores de espalda
El método 3-2-8 está especialmente indicado para mujeres que superan los 50 años, independientemente de su estado físico. Además, al ser actividades variadas, ayuda a no caer en la rutina y, por tanto, en el abandono del ejercicio. Lo importante es adoptar el hábito de tener un estilo de vida más activo.
]]>En la aparición de este tipo de enfermedades mentales, la microbiota intestinal parece ser un elemento clave y mantener el esfuerzo en investigación puede ayudarnos a entender la conexión existente entre cerebro e intestino. Según una reciente revisión de artículos publicados en los últimos cinco años y recogida en el artículo El papel de la microbiota intestinal en la ansiedad, la depresión y otros trastornos mentales, publicado en Nutrients, “la composición y abundancia de la microbiota intestinal, especialmente Firmicutes y Bacteroidetes, y la disbiosis de la microbiota intestinal, puede estar relacionada con trastornos mentales, como ansiedad o depresión”. El documento asegura que componentes dietéticos, incluidos los probióticos, prebióticos, simbióticos, posbióticos, productos lácteos, frutas o verduras, podrían tener efectos protectores contra los trastornos mentales al mejorar la microbiota intestinal beneficiosa y al mismo tiempo suprimir la dañina.
El microbioma participa en la regulación de los mecanismos de conexión entre el intestino y el cerebro, afectando a procesos fisiológicos como la respuesta al estrés, mediada por el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, por el que se activa la producción de cortisol (en humanos) y corticosterona (en ratones); la respuesta inmune (cuya alteración puede causar neuroinflamación); y la respuesta neural del sistema nervioso (por ejemplo, participando en la síntesis y degradación de neurotransmisores y en la activación del nervio vago, que envía información del intestino al cerebro).
“El estrés sostenido altera, entre otras, las funciones fisiológicas intestinales, y puede provocar inflamación crónica, que altera la composición de la microbiota intestinal, y esta, a su vez, acentúa o retroalimenta las consecuencias adversas del estrés que es el principal factor de riesgo y desencadenante de la depresión y la ansiedad”, explica Yolanda Sanz, profesora de Investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) en el IATA (Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos). Por otro lado, “en modelos animales se ha demostrado que las características de la microbiota pueden determinar la mayor o menor vulnerabilidad del individuo al estrés y sus consecuencias sobre el comportamiento”, asegura.
Hay evidencia de que las respuestas emocionales y de estrés tienen un correlato fisiológico que puede perturbar la digestión y absorción de nutrientes, generando a su vez cambios en el equilibrio de la microbiota intestinal. “Las emociones se manifiestan a través de tres niveles de respuesta: cognitivo, fisiológico y conductual. Es particularmente en los dos últimos niveles donde encontramos una conexión directa con el funcionamiento intestinal: el dolor, la hinchazón, las alteraciones en el ritmo intestinal, los condicionantes que afectan al tipo y variedad de la ingesta, así como otras manifestaciones asociadas afectan la vida diaria de la persona, generando sentimientos como frustración, desesperanza y soledad”, apunta Blanca Matalobos, psicóloga general sanitaria y psicooncóloga. De este modo, “los aspectos emocionales y la salud intestinal configuran un circuito de retroalimentación”, dice Matalobos.
Beneficios de una microbiota variada
Existen estudios que han demostrado que seguir una dieta saludable y variada según las recomendaciones da lugar a una microbiota más diversa, lo que favorece el eje intestino-cerebro y el adecuado funcionamiento de ambos. “Un estudio realizado con arroz y cebada integrales aumentó la diversidad microbiana y la presencia de Eubacterium rectale, que produce una mejora en la respuesta de la glucosa e insulina en sangre después de las comidas. Los cereales integrales también parecen favorecer el crecimiento de bacterias Lactobacillus y Bifidobacterium, que se suelen añadir a los probióticos, y tienen un efecto positivo sobre la salud gastrointestinal”, afirman desde la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ)
Para que nuestro sistema nervioso funcione de manera correcta, los expertos aseguran que es necesario consumir todos los nutrientes que participan en la síntesis de sus estructuras y los neurotransmisores, como, por ejemplo, minerales, como el hierro, magnesio, yodo y zinc; vitaminas, como las del grupo B, la D y la E; ácidos grasos omega-3; o aminoácidos. “Si no se toman estos nutrientes, se cae en malnutrición, que en caso de la salud mental puede dar lugar, entre otros, a cuadros de ansiedad o depresión. No solo en la edad adulta. La ingesta inadecuada de nutrientes durante el embarazo ya se ha demostrado que aumenta el riesgo de trastornos de la conducta en su descendiente. Por tanto, tenemos que tomar una dieta saludable y variada, muy rica en frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, con fuentes de proteína como pescado, carnes blancas, legumbres y huevos, lácteos fermentados, que nos aporten los nutrientes mencionados”, señala Marcela González-Gross, catedrática de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y presidenta de la SEÑ. Estaríamos hablando de recuperar la dieta mediterránea que, según la presidenta de la SEN, “cumple con todos los requisitos”.
En relación con el consumo elevado de alimentos ultraprocesados en nuestra dieta, un metaanálisis, publicado en Nutrients, ha observado una asociación entre su consumo y un mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad en adultos. “Según la clasificación NOVA, los alimentos ultraprocesados se caracterizan por contener cinco o más ingredientes, que suelen incluir aditivos alimentarios artificiales que rara vez o nunca se utilizan en las cocinas domésticas (por ejemplo, conservantes, colorantes, agentes texturizantes y potenciadores del olor y el sabor), dice la presidenta de la SEÑ.
Los trastornos mentales como la depresión, la ansiedad o el estrés y su relación con la microbiota intestinal están siendo motivo desde hace tiempo de estudio, y la literatura es extensa en este tema. Según las conclusiones de la revisión sistemática publicada por Simpson y colaboradores en 2021, se ha observado un descenso en la presencia de Bacteroidetes, Prevotellaceae, Faecalibacterium, Coprococcus y Sutterella y un aumento de Actinobacteria y Eggerthella en individuos con síntomas depresivos en comparación con controles sanos. Asimismo, se ha observado que un menor número de Prevotellaceae, Faecalibacterium, Sutterella y Dialister, y un mayor número de Lactobacillus es característico en sujetos que padecen tanto trastornos depresivos como de ansiedad. Sin embargo, “a día de hoy, la mayoría de las preguntas están sin contestar, ya que los resultados no han sido concluyentes, como, por ejemplo, el hecho de si las personas con ansiedad y/o depresión tienen mayor o menor diversidad de bacterias en la microbiota intestinal”, sostiene González-Gross.
Por eso, para seguir profundizando en el papel que tiene la microbiota en el desarrollo de trastornos como la ansiedad o la depresión, “se requiere de más ciencia para entender de forma precisa cómo podríamos cambiar nuestra alimentación para mejorar o mantener nuestra microbiota de modo que trabaje a favor de nuestra salud física y mental”, destaca la profesora de investigación del CSIC.
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La sombra del estrés infantil
Los científicos llevaron a cabo varios experimentos con roedores en aras de aportar algo de luz a este aspecto. Y es que la infancia es un momento crítico del desarrollo. Un periodo en el que las experiencias que vivimos pueden marcar el rumbo de nuestra salud física y mental a lo largo de nuestra vida. El estrés durante estos tiernos años, especialmente si es prolongado y severo, puede dejar una huella imborrable en el cerebro.
“Al igual que el cerebro humano, el cerebro de una rata adolescente es muy plástico. Esta plasticidad se ve a nivel molecular y en términos de comportamiento”, explicó Thamyris Santos-Silva, autora principal del estudio publicado en la revista Translational Psychiatry.
“La adolescencia es un periodo crítico para la plasticidad cerebral, que está significativamente influenciada por la experiencia social. La susceptibilidad a factores sociales y ambientales adversos, como traumas, insultos y abusos, aumenta durante este periodo, y la experiencia social puede influir en la vulnerabilidad y la resiliencia al estrés”, aclara Felipe Villela Gomes, coautor del trabajo.
Experimento con ratas
El estudio se centró alrededor de la corteza prefrontal, una región del cerebro particularmente sensible al estrés durante la adolescencia y fundamental para el control cognitivo de las emociones en la edad adulta.
La innovadora investigación con roedores, analizando las respuestas conductuales al estrés de ratas adolescentes (incluyendo aspectos como la interacción social, la ansiedad y la cognición), reveló que el trauma infantil podría provocar una alteración en las redes neuronales implicadas en el autoenfoque y la resolución de problemas. Esto significa que las personas que han sufrido abuso antes de los 18 años pueden tener dificultades con la regulación emocional, la empatía y la comprensión de sus propios cuerpos.
Las evaluaciones de comportamiento revelaron deficiencias significativas en todos los dominios evaluados. "Encontramos que los animales estresados en esta etapa de la vida mostraban un perfil de comportamiento marcadamente pobre, con ansiedad, sociabilidad reducida y función cognitiva deteriorada", dijo Gomes.
Mediante secuenciación y análisis bioinformáticos, el equipo identificó alteraciones en los genes de la corteza prefrontal en animales estresados. Los hallazgos mostraron que aquellas ratas que habían sufrido un trauma tenían marcadas diferencias en su red de modo predeterminado (DMN, que está activa cuando pensamos en nosotros mismos) y su red ejecutiva central (CEN), dos sistemas cerebrales críticos.
"El estudio cerebral más grande del mundo sobre traumas infantiles ha revelado cómo afecta el desarrollo y reconfigura las vías vitales"
El efecto del trauma
El trauma parece alterar el funcionamiento de esta red, lo que puede contribuir a una alteración del sentido de uno mismo y de los reflejos internos. Mientras tanto, los investigadores descubrieron que el CEN, que está vinculado a la resolución de problemas y la memoria de trabajo, es más activo en adolescentes con antecedentes traumáticos, lo que sugiere un mayor estado de rumiación y posible recuerdo de experiencias traumáticas.
“El análisis mostró alteraciones en los genes de la corteza prefrontal en los animales estresados. Entre los diez genes más afectados, varios estaban asociados con vías relacionadas con el estrés oxidativo y la función mitocondrial, un componente celular clave en la producción de energía para el cerebro”, apuntaron los expertos.
Los tratamientos tradicionales para el trauma infantil a menudo se han centrado en abordar el miedo y la evitación asociados con los desencadenantes del trauma. Sin embargo, estos hallazgos indican que dichos tratamientos podrían beneficiarse de la incorporación de estrategias que aborden el sentido alterado del yo y del procesamiento corporal como resultado del trauma. Los científicos esperan que este estudio sea un trampolín para descubrir más sobre cómo el trauma afecta las mentes en desarrollo.
"Además de evitar evitar situaciones aterradoras y abordar los propios pensamientos, las terapias para el trauma en los niños también deben abordar cómo el trauma impacta en el cuerpo, el sentido de uno mismo, el procesamiento emocional/empático y las relaciones. Es importante hacerlo, ya que los síntomas no tratados probablemente contribuirán a otros problemas de salud y de salud mental a lo largo de la vida", concluyen los expertos.
]]>El doctor Joan-Ramon Laporte (Barcelona, 1948) tiene de las dos cosas: el conocimiento acumulado a lo largo de cuatro décadas de profesión (catedrático de Farmacología Clínica de la Universidad Autónoma de Barcelona, jefe en el Hospital Vall d'Hebron, pionero de la notificación de efectos adversos de los medicamentos en Cataluña -1982-, colaborador de la OMS para cuestiones de farmacovigilancia) y el atrevimiento suficiente "para denunciar las cosas que sé".
En febrero de 2022, su intervención en la comisión parlamentaria sobre la gestión de las vacunas del covid, en la que cuestionaba su eficacia a largo plazo y para evitar contagios, provocó airadas reacciones por parte de algunos médicos, y antes de esas fueron otras, con el denominador común de mostrar los intereses de la industria farmacéutica y la complacencia de los estados. Advierte de que "en los últimos 20 años, en los países ricos, el consumo de medicamentos se ha duplicado. La polimedicación es la norma. De cada dos personas mayores de 70 años, una toma cinco o más medicamentos de forma continuada", y que "curar no es negocio".
Este miércoles se pone a la venta Crónica de una sociedad intoxicada (Ediciones Península), una obra exhaustiva sobre la investigación, desarrollo, regulación y el consumo de fármacos de la sociedad actual, en la que revela los intereses y las prácticas de las compañías farmacéuticas, legisladores y reguladores.
PREGUNTA. Viendo este libro da la impresión de que está muy enfadado, muy harto de las prácticas de la industria farmacéutica.
RESPUESTA. La industria hace lo que tiene que hacer: vender medicamentos. Si estoy enfadado con alguien es más bien con los estados que no regulan a la industria o no la regulan de manera efectiva, y no protegen, por tanto, la salud de la población.
P. Entonces, usted no está enfadado.
R. No.
P. Me alegra mucho, porque no deja títere con cabeza. ¿Por qué este libro?
R. Durante la pandemia se dijeron muchas cosas. Hubo un ruido ensordecedor sobre cuestiones relacionadas con la salud, con el sistema sanitario y, sobre todo, con los medicamentos y vacunas (esto es de lo que yo me ocupo). Cuando se decía “la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha aprobado tal o cual fármaco, hay que darlo enseguida, o tal o cual vacuna”, yo pensaba: "Es que la gente no entiende nada". Se dicen muchas barbaridades cuando se habla de la Agencia Europea; quien aprueba un medicamento no nos está diciendo que lo tomemos, simplemente dice que lo ha aprobado.
Viendo toda aquella agresividad en las políticas vacunales, las mascarillas y, sobre todo, el pasaporte covid, y los comentarios fuera de órbita de personas que no sabían de lo que hablaban, me surgió la idea de escribir un libro y explicar que estamos en una sociedad que toma demasiados medicamentos -y esto hace que tengamos efectos indeseados-, que en el 80% de los casos no son necesarios.
"Más del 80% del presupuesto de la regulación europea de medicamentos es pagado por la industria, el regulador hace lo que le dice la industria"
P. ¿Qué quiere contar en su libro?
R. Lo he estructurado en tres grandes partes: la primera explica qué son los fármacos, de dónde salen y de qué manera se desarrollan, para hacer ver también al lector que muchos de los grandes avances de la medicina en el siglo XX se han producido por observaciones casuales (a las que hemos estado atentos).
La segunda detalla cómo usamos los medicamentos, la cantidad enorme de fármacos que consumimos en España y en todo el mundo rico, y los efectos indeseados que esto tiene.
La tercera pretende buscar las causas de todo eso, los mecanismos, cómo los reguladores están en manos de la industria farmacéutica. Más del 80% del presupuesto de la regulación europea de medicamentos es pagado por la propia industria, y esto ocurre en todo el mundo. De modo que el regulador hace lo que le dice la industria, no solo por este motivo del dinero, sino también cómo han sido elaborados los criterios de evaluación.
P. Entonces, el regulador no es independiente y está cautivo de los ingresos.
R. Es un secuestro del regulador por la industria. Después, los sistemas sanitarios son incapaces, o al menos en España, de seleccionar los medicamentos que más les convienen. Todos los países de la Unión Europea siguen los dictámenes de la EMA, que es un organismo regulatorio supranacional; pero no todos, aunque aprueben un fármaco, siempre aprueban su financiación y su uso en su sistema sanitario. Es decir, sigue existiendo una capacidad de decisión que en España no se aplica.
P. En el libro habla de los lobistas, que intervienen en las agencias reguladoras y también en los políticos, lógicamente.
R. Gracias por la pregunta, pero esto también es justo. Los lobistas tienen una influencia enorme sobre la gente que decide cómo se van a usar los medicamentos; por ejemplo, el colesterol ha sido una prioridad en Cataluña durante 15 o 20 años. Hay que mirarle el colesterol a toda la población sin tener datos que indiquen que haya que medirlo y se ha hecho una prioridad de salud de la población.
Del colesterol a la vitamina D
P. En Cataluña y en todas partes. Se han ido rebajando las cifras de colesterol recomendadas y si alguien tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular, sale de la consulta del médico con una estatina prescrita.
R. Así es. Y también pasa con la vitamina D, que es un fenómeno que está creciendo en Francia. Y, sin embargo, otros países europeos dicen que en ellos no hay ningún problema. Es un problema más específicamente español y francés.
P. Es paradójico, porque somos de los países con más exposición solar, por lo que no deberíamos tener esos déficits tan acusados.
R. Con la vitamina D se ha hecho como con el colesterol, se han subido los niveles que se consideran bajos y, claro, de esta manera se multiplica el mercado. Es muy fácil para el que vende medicamentos: se amplían los límites de la enfermedad y disminuyen los de la normalidad, entonces tiene muchos más clientes potenciales.
Una cosa que a mí me impresionó mucho hace más de 13 años es que salió en una revista de prestigio, el New England Journal of Medicine, un artículo de revisión sobre la vitamina D que, con muchas citas bibliográficas, concluía que la vitamina D es una maravilla: alarga la supervivencia, disminuye el riesgo de infarto, de ictus, de enfermedad, de alzhéimer, de cáncer; de todas esas cosas que hay que temer en la sociedad actual. Después se ha demostrado que no es cierto y se ha dicho que, por lo menos, sirve para reforzar los huesos, para prevenir las fracturas. Pero ahora se han hecho ensayos clínicos sobre vitamina D y prevención de fracturas, y tampoco sirve. Sin embargo, su consumo está muy extendido.
"Una de las cuestiones más preocupantes desde el punto de vista sanitario es que los fármacos susceptibles de venderse más no son los que aportan más a la salud de la comunidad"
P. Dice que realmente lo que hacen los medicamentos es aliviar una enfermedad y que la mayoría no curan. Además, expone que la industria introduce pequeños cambios en algunos fármacos y los presenta como nuevos. ¿Estas explicaciones sugieren que los fármacos realmente no valen tanto?.
R. Esas cosas pasan, pero valen, y mucho. En más de una sección o párrafo del libro dejo bien claro que ha habido avances enormes gracias a los fármacos; por ejemplo, para un dolor de muelas por un flemón, tomamos amoxicilina durante unos días y nos olvidamos de que podríamos perder un diente por esa infección; o que ahora las intervenciones quirúrgicas pueden ser mucho más prolongadas porque han mejorado mucho los anestésicos; los inmunosupresores para las personas trasplantadas o los medicamentos para la hepatitis C.
Hay una cantidad enorme de medicamentos que tienen un valor extraordinario, pero muchos otros no y, de hecho, estos últimos son los que triunfan. Y esto es una de las cuestiones más preocupantes desde el punto de vista sanitario, que los fármacos susceptibles de venderse más no son los que aportan más a la salud de la comunidad.
Los cinco estrellas
P. ¿Cuáles son esos? Habla del omeprazol, somníferos, ansiolíticos, antidepresivos y contra el colesterol.
R. El omeprazol y otros de grandes ventas son los medicamentos susceptibles de ser dados a personas sanas haciéndoles creer que están enfermas. Cuando el médico le dice a alguien: "Lo único que le he encontrado es que tiene un colesterol alto, vamos a tratarlo". A partir de ahí, está tratando a esta persona sana como si fuera enferma. Y si, además, su estilo de vida no es del todo saludable, tiene muchas más posibilidades de acabar como un enfermo.
El caso del omeprazol, además de actuar sobre el estómago, lo hace sobre muchos otros órganos y puede producir efectos indeseados. Es útil si se toma durante una o dos semanas, o cuatro como máximo si hay que tratar una úlcera duodenal. Pero si cuando se prescribe como un protector para unos días, se deja ya puesto en la receta para siempre, pierde sus beneficios.
En cuanto a los psicofármacos, con las nuevas definiciones de enfermedades mentales es muy fácil convencer a la gente de que tiene una (depresión, ansiedad generalizada, etc). Pero, muy a menudo, todos estos nuevos criterios diagnósticos en psiquiatría, que hacen que una parte muy importante de la población necesite psicofármacos, han sido alentados por las compañías farmacéuticas, porque saben que ampliando los criterios diagnósticos se amplía su clientela, se amplía su mercado y se amplía su volumen de negocio.
Es decir, los medicamentos de los que más me quejo son de los que se están dando mayoritariamente a personas que no necesitan ningún fármaco.
P. ¿Qué opina del tratamiento farmacológico de los problemas de salud mental en los menores?
R. Lo más preocupante ahora es el aumento del consumo de neurolépticos, lo que la industria llama antipsicóticos, y también de antidepresivos en niños y adolescentes. Los mal llamados antidepresivos -porque estos fármacos no son antidepresivos, son ISRS e ISRNA- son especialmente peligrosos en los adolescentes porque acarrean un riesgo de suicidio. Ya ha habido dramas enormes de suicidios de adolescentes que no tenían depresión y, por algún motivo, alguien se los recetó.
P. Aquí hay dos partes: los médicos que, como usted explica en el libro, se dejan llevar por las recomendaciones de la industria y de las sociedades científicas, y la propia presión del paciente que quiere una pastilla. Hay responsabilidades compartidas.
R. Sí, es cierto que, en muchos casos, el usuario del sistema ha presionado al médico, pero eso también tiene mucho de mito. Hay facultativos que justifican la prescripción porque no pueden resistir la presión de lo que les piden los pacientes; no pueden decir que prescriben demasiado porque no tienen tiempo de consulta para darles otras explicaciones.
P. Exactamente, el poco tiempo de consulta es otra derivada del problema...
R. Sí pero no, porque hay médicos que no tienen tiempo para el paciente, pero sí para recibir al visitador médico del laboratorio. Es decir, que todo esto es muy relativo. En mi opinión, hay que dar más tiempo al médico para que se meta en el paciente.
"Antes, el médico trataba a personas para intentar restablecer su salud o aliviar su enfermedad, ahora mayoritariamente el sistema sanitario trata a personas sanas haciéndoles creer que están enfermas"
Lo que se hace en este sistema de salud es con prisas y confiando todo casi exclusivamente en la tecnología. La tecnología en cuanto a medicamentos ha mejorado mucho en los últimos 80 años, pero la manera de ejercer la medicina ha empeorado. Antes, el médico trataba a personas para intentar restablecer su salud o aliviar su enfermedad, ahora, mayoritariamente, el sistema sanitario trata a personas sanas haciéndoles creer que están enfermas y esto tiene un coste enorme, no solo el económico de los medicamentos que se les dan innecesariamente, también, muy importante, el coste del personal y el de las horas no remuneradas de los cuidadores de las personas solas.
Papel del Estado
P. Que además están polimedicadas y son más frágiles.
R. Como cuento en el capítulo de la sociedad intoxicada, esto tiene una enorme repercusión sobre la salud pública, y tomar muchos fármacos se ha convertido en una de las principales causas de muerte. Esto no es una broma. A mí me parece injusto echarle la culpa al médico porque lo ha prescrito. Hay un poco de todo. El sistema público no hace nada de formación continuada de los profesionales y le da a la industria la labor de formarles. Es como pedir a las tabacaleras que hagan campañas sobre tabaco y salud, o a las bodegas que eduquen a la sociedad sobre el consumo de alcohol. ¡Es de locos, vaya!.
Y es lo que está haciendo el Estado. Por tanto, sí, estoy enfadado, pero estoy enfadado con el Estado, que no ejerce su responsabilidad de defender la salud de los ciudadanos. La industria hace lo que tiene que hacer, que es vender, pero el Estado no responde adecuadamente a esta industria que, por cierto, ha sido cada vez más agresiva.
P. ¿Cómo debería actuar el Estado?
R. La política de medicamentos de los sistemas sanitarios debería abordar, como mínimo, cinco ejes: en primer lugar, la política de compras. Nuestro sistema sanitario es un comprador ciego de humo en el mercado global de las tecnologías. Es decir, lo que ahora cuenta más en el comercio mundial son las tecnologías y, sobre todo, los nuevos productos protegidos por patentes; hay un mercado mundial donde unos compran y otros venden, y el sistema sanitario español compra mucho (corremos a comprar lo último, lo que está de moda), sin preocuparse de ver si lo último es mejor que lo que ya teníamos.
Luego hay muchos medicamentos repetidos, bajo diversas marcas y fabricantes, por ello el sistema sanitario debería multiplicar los controles de calidad. Existe la llamada cadena del medicamento, que comienza con la investigación, desarrollo y fabricación; prosigue con la regulación y los ensayos clínicos, hasta llegar al ciudadano, que es lo que realmente nos importa. Pero es evidente que si todo lo anterior funciona mal, el consumo funcionará mal. Si permitimos que haya muchos medicamentos, la cadena se complica, y más cuando estos medicamentos no son más que repeticiones uno del otro.
"No puede ser que nos creamos a pies juntillas y sin hacer ninguna pregunta lo que nos cuenta el fabricante"
Además, los sistemas sanitarios deberían tener sistemas de información de medicamentos hechos por ellos mismos. No puede ser que nos creamos a pies juntillas, y sin hacer ninguna pregunta, lo que nos cuenta el fabricante. El fabricante es un mercader, alguien que, aunque en sus eslóganes publicitarios diga que lo primero para él es el paciente, no es verdad. Lo primero para él es la cotización de las acciones y la rendición de cuentas a la asamblea anual de accionistas. Nada más.
Otro punto es la formación continuada del médico, que deberia darla el sistema de salud y no la industria; pero también un sistema de salud más democrático, que fomente el diálogo con los profesionales.
Por último está el asunto de la transparencia -que también incumbe a los periodistas-, para que se informe si los emisores de opiniones tienen conflictos de interés.
P. Podríamos seguir hablando durante horas, no le faltarían argumentos sobre qué nos ha llevado a esta sociedad intoxicada. ¿Habría escrito este libro tan reivindicativo estando en activo?
R. No sé si habría salido igual, pero los conceptos e ideas que hay en el libro sí; pero entonces no tenía tiempo.
P. ¿No tenía tiempo o tenía las manos atadas?
R. No, no crea. Nosotros hicimos muchas denuncias en el Butletí groc (del Instituto Catalán de Farmacología). Yo tuve problemas con la industria farmacéutica: MSD me llevó a juicio por alertar de los efectos del antiinflamatorio rofecoxib. Ganamos el juicio y, además, al cabo de unos meses retiraron el medicamento de todo el mundo por lo que nosotros dijimos. Yo no me mordí la lengua y por eso era conocido durante mi actividad profesional.
P. Por cierto, ¿cuántos fármacos toma usted?
R. Ninguno. Por suerte, hasta ahora, las enfermedades me han respetado.
]]>La mayor parte de enfermedades son multifactoriales y, sin duda, esto también sucede en la enfermedad cardiovascular, donde sabemos que otros factores como la inflamación crónica o el estrés oxidativo juegan un papel. A pesar de ello, en los últimos años se están acumulando pruebas cada vez más sólidas que demuestran que bajar los niveles de colesterol LDL es beneficioso para reducir el riesgo cardiovascular. Y ahora también para la longevidad.
ApoB: más allá del colesterol LDL
Las partículas que transportan grasas (incluido colesterol) en sangre, llamadas lipoproteínas, están clasificadas en distintas familias según su tipología. Son los conocidos colesterol bueno o HDL (alta densidad) y colesterol malo o LDL (baja densidad). Ni el primero es tan bueno, ni el segundo tan malo.
Estas partículas están constituidas por las llamadas apolipoproteínas, o de forma simplificada Apo, de las cuales existen varios subtipos. Se clasifican según letras del alfabeto dependiendo de su función (A, B, C, D, E, L, F, H, M, N y R). De forma general, las apolipoproteínas regulan el transporte de lípidos en la sangre mediante el intercambio entre las partículas de LDL o HDL y el entorno.
Vamos a centrarnos en la ApoB, que es la principal apolipoproteína que constituye las lipoproteínas de baja densidad o LDL. El interés por la ApoB reside en que se ha relacionado niveles altos de ella con una capacidad reducida para eliminar el colesterol en sangre. Las partículas con niveles elevados de ApoB tienen además mayor capacidad aterogénica (de formación de placas de ateroma en las arterias).
Los niveles de ApoB tienen un componente genético, pero el estilo de vida, suplementos o fármacos pueden modificarlos. Se considera el rango normal entre 40 y 120mg/dL, indicativo de un transporte y eliminación de colesterol adecuados. A partir de 120mg/dL se estima que puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. El valor objetivo que buscamos en mi clínica es de 80mg/dL o menos, y alguno de mis colegas norteamericanos buscan niveles todavía más bajos.
Un nuevo estudio de aleatorización mendeliana publicado en Nature ha demostrado que existe una relación entre niveles de ApoB y LDL y longevidad. Además, ha encontrado que la ApoB también aumentaría el riesgo de alzhéimer.
La aleatorización mendeliana es un método que analiza la relación entre el efecto del entorno o los hábitos y ciertos marcadores de salud en función de las diferencias genéticas que determinan cómo responde nuestro organismo a ese factor ambiental. El objetivo es poder valorar si existe o no una relación de causa y efecto entre ese factor de riesgo y la enfermedad.
Los resultados de este trabajo son claros y muestran que incluso de forma independiente a los niveles de LDL, la ApoB está relacionada con menor longevidad. Además, vincula también a esta apolipoproteína con el riesgo de enfermedad de Alzheimer. Hasta la fecha se sabía que tener al menos una copia del gen de la ApoE-e4 puede llegar a triplicar el riesgo de azlhéimer, pudiendo llegar este riesgo a octuplicarse en personas con dos copias del gen de dicha ApoE. Ahora sabemos que también la ApoB puede contribuir a aumentar el riesgo de dicha enfermedad.
Estos resultados corroboran los de estudios anteriores que también vinculan los niveles de ApoB con un mayor riesgo de varias enfermedades como cardiovascular, ictus o diabetes.
Estatinas contra la demencia
Recientemente también se ha publicado otro estudio que vincula el uso de estatinas a un menor riesgo de demencia o alzhéimer. En este metaanálisis de estudios observacionales se ha encontrado una reducción del 20% en el riesgo de demencia y del 32% en el riesgo de alzhéimer entre usuarios de estatinas comparados con no usuarios.
Este resultado es plausible en conexión con el estudio anterior: si niveles elevados de LDL y de ApoB aumentan el riesgo de alzhéimer, su reducción a través del uso de estatinas debería tener ese efecto colateral. Es cierto que puede haber otros mecanismos en juego como la reducción de la inflamación crónica debida a la modificación de estilos de vida en pacientes con terapia para la prevención del riesgo cardiovascular. Pero, sin duda, los mecanismos vinculados a través de la ApoB tienen todo el sentido cuando analizamos de forma conjunta ambos trabajos.
La importancia de estos hallazgos reside en la capacidad de poder reducir de forma conjunta el riesgo de varias enfermedades crónicas y de poder mejorar la longevidad mediante el tratamiento de un mismo factor causal, en este caso la ApoB. Por el momento, el uso de estatinas junto a mejoras del estilo de vida continúa siendo la mejor estrategia para la reducción de LDL y ApoB. Tal vez con ello también estemos previniendo la demencia y el alzhéimer, como apuntan estos resultados que esperemos se sigan confirmando en un futuro próximo, con datos más sólidos.
]]>Todos sabemos que la bollería procesada no es nada buena para nuestra salud, por lo que cada vez más son los nutricionistas que nos dan recetas saludables para cuidarnos sin renunciar a comer. En esta ocasión, la tiktoker conocida como @esterfitcorner, experta en nutrición y deporte, nos propone una receta de magdalenas sin azúcares añadidos para chuparse los dedos y quitarnos la gula, sin dejar de cuidar nuestra salud.
Nos recomienda que nos acostumbremos a la bollería saludable porque nuestra salud nos lo agradecerá. Solo tienes que seguir la receta de estas magdalenas que podrás comer hasta hartarte porque están hechas con boniato y trigo sarraceno.
@esterfitcorner Acostúmbrate a comer bollería sin azúcares añadidos, tu salud te lo agradecerá. #sinazucar #noesdieta #vidasaludable #bolleriacasera #dulcessaludables #muffins #magdalena #bajarpeso ♬ sonido original - Ester Fit Corner
Esta experta en nutrición nos asegura que están “increíbles”. Tan solo necesitamos 120 gramos de boniato cocido previamente, que deberemos aplastar en un plato. Añadiremos 80 gramos de trigo de sarraceno, unos 30 o 40 gramos de leche en polvo, un huevo y tres claras y un chorro de aceite de oliva.
Removeremos hasta que quede todo integrado. También podremos añadir unas pasas sultanas si son de nuestro gusto. Con esta pasta rellenaremos los moldes de las magdalenas y las meteremos en el horno o en la freidora de aire caliente. Nos recomienda que no nos pasemos con la cocción para que no se nos queden duras.
@esterfitcorner Disfruta comiendo saludable. Ya que la comida real no tiene por qué ser ni aburrida ni sosa ni insípida. Y recuerda también que si quieres bajar grasa corporal, no sólo tienes que comer saludable, también debes estar en déficit calórico. Si quieres quieres más info, no dudes en contactarme. #gofres #gofresaludable #realfooding #comidareal #comidasana #gofrecasero #wafflehouse ♬ sonido original - Ester Fit Corner
Unos dulces que no llevan azúcares añadidos y son de los más saludables. Al igual que otra receta de gofres proteicos de patata muy saludables y muy sencillos de hacer porque tan solo llevan 3 ingredientes. Tienes que hervir una patata y chafarla, añadiremos un huevo y 50 gramos de mozzarella.
Removemos bien hasta que quede una masa homogénea y solo tendríamos que ponerlos unos minutos en una gofrera, puedes espolvorearlas con especias como canela y tendrás una receta saludable y muy fácil con la que sustituir a la bollería industrial.
]]>Sin embargo, estas fotografías y vídeos de una supuesta vida sana pueden acabar desencadenando serios problemas para la salud. Si alguien tiene claro el mal que puede hacer el fitness es el nutricionista Marcos Bodoque, que ahora se considera víctima de este y otros conceptos arraigados en el mundo del bienestar.
Charlamos con Bodoque, que acaba de publicar Elige nutrirte (Grijalbo, 2024), sobre cómo le atrapó el fitness, el peligroso término dieta, algunos alimentos que tenemos conceptuados como saludables y qué es la alimentación consciente por la que aboga.
PREGUNTA. Cuentas en el libro que antes creías que el fitness era salud, ¿por qué tuviste este cambio de percepción?
RESPUESTA. Las personas que empiezan a interesarse por cuidarse en lo relacionado con alimentación y entrenamiento suelen tener un primer contacto con la información que llega del sector del fitness o influencers fitness. Generalmente, se trata de culturistas, dedicados en cuerpo y alma al cuidado de su cuerpo a través de un tipo de dieta y entrenamiento específico en el gimnasio.
Yo caí en las garras de ese estilo de vida que te venden, y es de todo menos salud. Te obsesionas por la comida y por el entrenamiento, y además, de una forma que no es la recomendable para el 95% de la población, personas que, como tú y como yo, tenemos vida mucho más allá del cuidado de la salud o nuestra apariencia del espejo.
Esto daña tu salud mental, por un lado, creando una mala relación con la comida y con tu cuerpo, pero, por otro, tampoco es lo óptimo para tener una buena salud física. No necesitamos estar dos horas en el gimnasio cada día entrenando de cierta forma, ni tampoco tenemos que estar haciendo entre cinco y seis comidas cargando con táper o suplementos de proteína en la mochila.
P. ¿La palabra dieta ha hecho mucho daño a la salud de la población? ¿Por qué?
R. El concepto de dieta ha hecho mucho daño. Tenemos que abrazar un estilo de vida saludable, aprender a nutrirnos sin necesidad de estar pesando la comida o contabilizando unas kilocalorías en una aplicación del móvil, y conseguir que la alimentación se adapte a nosotros y nuestros horarios, en vez de nosotros a ella. Si aprendes lo que necesita tu cuerpo, se lo das en cada ingesta de forma equilibrada y comes hasta saciarte, tu hambre y saciedad estará bien regulada durante todo el día, y simplemente tendrás que escuchar a tu cuerpo.
El concepto de dieta genera una sensación de esclavitud, de restricción, que hace que las personas constantemente estén buscando escapar de su dieta. No es normal que lleguemos al fin de semana con ansias de comer todo tipo de alimentos no saludables por culpa de sentir que estamos a dieta y restringiéndonos durante la semana.
Será mucho mejor abrazar un estilo de vida saludable, aprender a nutrirnos y darle a nuestro cuerpo lo que necesita al mismo tiempo que disfrutamos de ello. Eso no implica no prescindir la mayor parte del tiempo de aquellos alimentos que nos hacen mal. Sin embargo, cuando llevamos una alimentación consciente, lo hacemos por una libre elección, de buena voluntad y sin sentir restricciones.
P. ¿Crees que la gente es realmente consciente de cuál es el verdadero objetivo de alimentarse?
R. No. Las personas se alimentan simplemente para calmar el hambre, por costumbre o por placer. Y, por lo tanto, no es de extrañar que la alimentación de la mayor parte de la población sea nefasta.
Si comprendemos que necesitamos aportarle a nuestro cuerpo para estar bien nutridos ciertos nutrientes, y aprendemos a identificar en qué alimentos se encuentran, tendremos parte del camino hecho. Y si aparte de esto entendemos cómo los alimentos que elegimos impactan en nuestros niveles de energía y estado emocional, nos será mucho más fácil tomar las decisiones adecuadas: elegir libremente los alimentos que no queremos comer y buscar activamente aquellos que nos hacen bien.
Las personas normalmente comen platos de comida predefinidos, pero no saben qué nutrientes hay en esos platos, y tampoco saben cuáles de ellos son los que necesita su cuerpo ni en qué cantidad. Esto es clave.
P. ¿Cuáles son los principales mitos que impiden a la gente cuidarse?
R. Pensar que necesitamos hacer cinco comidas al día y comer cada 2-3 horas para no pasar hambre o reducir el metabolismo es uno de los que más daño han hecho. La realidad es que es todo lo contrario.
Pensar que el 60% de nuestra alimentación debe provenir de los carbohidratos, en muchos casos refinados como los cereales, es otro de los mitos que más daño han hecho en la salud metabólica de la población.
Y el miedo a la grasa, a engordar por comer grasa, y en específico a los productos de origen animal, como la carne roja o la mantequilla, alimentos donde se encuentra la verdadera nutrición, también ha hecho mucho daño y es una de las razones por las que las alimentaciones que las personas consideran como saludables sean tan aburridas y poco sabrosas, y nos hagan querer buscar otras cosas fuera.
Hay más mitos, y todos los importantes están tratados con detenimiento en el libro.
P. En la misma categoría metes a los aceites vegetales de semilla, ¿podrías explicarnos por qué?
R. Los aceites vegetales de semilla, como los de girasol, canola, soja, maíz, son aceites industriales refinados que aportan una grandísima cantidad de grasas omega-6, muy oxidables que no aguantan las temperaturas. Por lo tanto, utilizarlos para cocinar es veneno puro, pues se oxidan y eso hace que la grasa que estamos metiendo en nuestro cuerpo nos inflame enormemente.
Por otro lado, incluso en crudo son problemáticos, pues en nuestra alimentación ya existe un exceso de ácidos grasos omega-6 versus los omega-3. Incluir un alimento que aporta una cantidad ingente de omega-6, lo que da lugar es a que se genere un mayor desequilibrio de esos ácidos grasos en nuestro organismo, y que tengamos un entorno metabólico muy inflamatorio, causante de problemas cardiovasculares, entre otras muchas cosas.
P. También como enemigos incluyes a los lácteos de vaca y legumbres, aunque aclaras en el libro que “no sabías si abordar este tema”. ¿Cuáles son los riesgos para la salud de estos alimentos tan presentes en la dieta de los españoles?
R. Ambos son alimentos que nuestro organismo no digiere bien y que pueden generar problemas a nivel digestivo. Además, no nos aportan la nutrición que verdaderamente nuestro cuerpo necesita.
No creo que supongan ningún riesgo si ocupan el lugar que les pertenece, una parte marginal de nuestra alimentación. Si suponen un grueso importante, posiblemente sean problemáticos en el contexto de contaminación, sedentarismo y estrés en el que vivimos.
Si hay problemas digestivos establecidos, la mayor parte de personas notan grandes beneficios al retirarlos de la alimentación, por algo será.
P. ¿Y qué hacemos con el miedo a engordar?
R. Entender que proviene de un desconocimiento brutal del verdadero objetivo de nuestra alimentación. Cuando uno entiende que alimentarse es aportar nutrientes y energía que necesitamos para estar sanos, tener energía, buen estado de ánimo, que la nutrición es un acto que debe hacerse desde el amor propio y desde el autocuidado, el miedo a engordar desaparece.
Uno tiene miedo a engordar cuando no entiende cómo alimentarse, cuando no sabe cómo nutrirse, cuando no entiende el efecto de los alimentos en su organismo, cuando reduce la nutrición a una simple cuestión de kilocalorías o cuando comer se realiza desde el miedo.
El antídoto a todo esto es abrazar una alimentación consciente.
P. ¿Cómo de importante es tener una buena relación con tu cuerpo?
R. Vital. En el libro menciono que, para sanar nuestra relación con la comida, necesitamos sanar la relación con nuestro cuerpo. Debemos dejar de maltratarlo, de tratarlo como un objeto inerte. Debemos empezar a cuidarlo, a nutrirlo de verdad, no solo con la alimentación, sino a todos los niveles.
Las personas se tiran toda la vida exigiéndole a su cuerpo un determinado aspecto físico, sin dar nada a cambio. Te verás bien físicamente cuando realmente te cuides y no te maltrates. Cuidarte nada tiene que ver con hacer dietas para bajar de peso y matarte a hacer ejercicio, pues solo hay que ver desde qué perspectiva nacen estas acciones: el odio a nuestro propio cuerpo.
Es necesario un trabajo de transformación brutal y, por ello, abordamos de lleno la parte de la mentalidad en este libro.
P. ¿Qué es esto de la alimentación consciente?
R. Alimentación consciente significa una nueva forma de entender la vida. Significa abandonar el concepto obsoleto y dañino de dieta, que ha demostrado fracasar sistemáticamente, y abrazar un nuevo estilo de vida, una relación totalmente distinta con la nutrición, con nuestro cuerpo y con el cuidado de nuestra salud.
Cuando llevas una alimentación consciente, ya no comes platos de comida, sino que te nutres; ya no ves alimentos ni calorías, sino que ves los nutrientes que necesita cada célula de tu organismo para funcionar bien y, en consecuencia, que tú estés bien y tengas energía; ya no pesas la comida, sino que escuchas a tu cuerpo y él te dice lo que necesita, pues introduces normalmente los alimentos que hacen que tu hambre y saciedad se regulen adecuadamente.
Dejas de sentir que llevas una dieta que te restringe alimentos. Ahora sabes lo que te aporta cada alimento, y eliges libremente cuáles quieres consumir en tu día a día y cuáles no, pues desde el amor propio eliges cuidarte.
La alimentación deja de suponer un estrés. Al saber lo que debes aportarle cada día a tu cuerpo, adaptas la alimentación a tus horarios y necesidades, y no al revés.
Desaparece el hambre a todas horas y la ansiedad por la comida. Al ser consciente de cómo funciona tu cuerpo y lo que necesitas aportarle en tu día a día, se lo das; sin culpa, y además sintiéndote bien porque te estás nutriendo. En ese momento ocurre la magia: al darle a tu cuerpo lo que necesita, dejas de tener hambre a todas horas.
"Alimentación consciente significa abandonar el concepto obsoleto y dañino de dieta, que ha demostrado fracasar sistemáticamente"
Te das cuenta de todos los mitos que han rodeado a la alimentación en los últimos 60 años. También te conviertes en una persona imposible de manipular con todas las corrientes de nutrición que van apareciendo, que no son otra cosa que modas. Y tampoco te dejas arrastrar por los intereses económicos de unos pocos, a los que no les mueve que tengas salud, sino que pases por caja.
Estás seguro de lo que comes, pues no hace falta que nadie te venda los beneficios de uno u otro tipo de alimentación. Has experimentado lo que te funciona y lo que te hace sentir bien y con energía.
Comienzas el camino de sanación de tu relación con la comida. Te haces consciente de las razones por las que te alimentas; de los vacíos que tienes en tu vida y que tratas de tapar con la comida; de los alimentos que distorsionan tu hambre y saciedad, y que te hacen esclavo de la comida.
También comienzas a disfrutar cuando eliges libremente comer alimentos menos saludables en días esporádicos, y desaparece la culpa, pues también eliges libremente no comerlos la mayor parte del tiempo.
Y, por último, cuando llevas una alimentación consciente, dejas de obsesionarte por cada mínimo detalle de tu alimentación. Entiendes dónde debes colocar el 20% de tus esfuerzos para obtener el 80% de los resultados. Simplificas. Aprendes a darle relevancia a lo verdaderamente importante. Dejas fuera el ruido. Aprendes a filtrar mejor la información y la gestionas de otra manera.
]]>La leche es un indispensable en el desayuno, ya sea sola, con cereales o en el café. Sobre todo, se convierte en una bebida muy nutritiva para niños y adolescentes. Su aporte de calcio para proteger los huesos es el argumento más extendido para consumirlo con frecuencia. Pero, en los últimos años, la ciencia ha discutido sobre si es tan necesario en la dieta de los adultos.
Basándonos en las recomendaciones de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y otras instituciones de salud, se aconseja 2-3 vasos al día. Y es que la leche constituye el mayor aporte de calcio, proteínas y otros nutrientes necesarios para la formación de huesos y dientes.
De hecho, durante la infancia y adolescencia es conveniente elegir la leche entera, ya que conserva la energía y las vitaminas A y D ligadas a la grasa. Así, la única diferencia nutritiva entre la leche entera y la leche desnatada es su contenido en grasa. La leche entera aporta un mayor valor calórico, por eso las personas con sobrepeso u obesidad deben optar por la opción descremada.
Los beneficios de tomar leche en el desayuno
Al tratarse de una fuente de calcio importante y vitamina D se trata de un alimento saludable. Un estudio de la Universidad de Guelph y Toronto, además, investigó sus beneficios para reducir el riesgo de la obesidad y la diabetes. Ambas enfermedades metabólicas están aumentando considerablemente. Así, se busca en el estilo de vida, es decir, en la actividad física y la alimentación, la solución para evitar el desarrollo de estos problemas de salud. Y más allá de estudiar el impacto de la ingesta de carbohidratos, han centrado su trabajo en la proteína láctea.
El equipo de científicos confirmó que tomar leche en el desayuno reduce la glucosa en sangre durante el resto del día. Esta revelación es importante para quienes tienen diabetes tipo 2.
Tomar leche disminuye la concentración de glucosa en sangre antes y después de una comida
Realizaron un test doble ciego para comprobar empíricamente los efectos del consumo de leche con cereales básicos en el desayuno, a través de mediciones de la glucosa en sangre. A los participantes, adultos jóvenes y sanos con un índice de masa corporal medio, se les proporcionó este desayuno y una pizza que comieron 120 minutos más tarde. Su siguiente comida se produjo entre 140 y 200 minutos después.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que la leche consumida con cereal para el desayuno disminuyó la concentración de glucosa en sangre después de una comida en comparación con un control de agua, y una concentración alta de proteína láctea redujo la concentración de glucosa en sangre tras una comida en comparación con la concentración normal de proteína láctea. Así, se demostró que reduce la concentración de glucosa en sangre no solo antes, sino también después de la comida.
También observaron que puede ayudar a adelgazar porque los tratamientos con alta concentración de proteína disminuyen el apetito después de la segunda comida. Uno de los componentes clave de la leche es la caseína, la principal proteína de la leche. Tiene un alto valor biológico, es rica en aminoácidos esenciales y contribuye a mantener una buena salud muscular. La caseína hace que la digestión sea más lenta, lo que lleva a un retraso en la estimulación de las hormonas gástricas y un aumento de la saciedad.
]]>Cuenta el nutricionista Àlex Yáñez de la Cal que a su alrededor mucha gente le decía que compraba en el supermercado productos saludables, pero nada más lejos de la realidad. El experto en nutrición y rendimiento deportivo ejemplifica con el fiambre de pechuga de pollo que la gente lo veía “puro”, pero “cuando miraba la composición no llegaba ni a un 50% de carne. Y eso no era pechuga de pollo, eso era mitad de pechuga de pollo con agua y almidones”.
Este fue el punto de partida que llevó al natural de Vallirana (Barcelona) a recorrerse los pasillos de más de 30 cadenas de supermercados con el objetivo de analizar todos los productos y luego plasmar lo aprendido en Compra bien, come mejor. Toda la información que necesitas para hacer una compra saludable (Amat Editorial, 2024). El libro quiere ser una guía para echar a la cesta solo productos saludables, al tiempo que invita a descubrir el arte de escoger alimentos con criterio y absoluta garantía, un proceso cada vez más necesario ante la avalancha de aditivos con la que la industria alimentaria inunda la mayoría de productos.
El proceso tan cotidiano —aunque con más aristas de lo que parece para seguir una alimentación saludable— comienza con una disyuntiva: mercado tradicional vs. gran superficie. Y los que llevan vidas ajetreadas, o simplemente no quieren dedicar demasiado tiempo a comprar, están de enhorabuena porque ambas “son opciones igual de saludables y recomendables sin ninguna duda”.
Más allá del lugar, lo ideal es planificar bien antes de ir, “porque, si no, acabamos comprando alimentos poco saludables y que además no necesitaríamos comprar”. Porque, de no llevar la lista hecha, “nos dejaremos guiar por los pasillos al gusto del supermercado y comprando ofertas de alimentos que quizás no son las mejores opciones”.
Atención al envase
Llegados a la superficie donde vayamos a comprar, lo más importante es saber cómo leer la información del envase. Yáñez comienza recomendando no dejarnos llevar por claims como “ayuda al crecimiento de niños” o “rico en hierro”: “Normalmente, esos alimentos son los que más tenemos que evitar”.
En este sentido, señala que “tenemos que priorizar alimentos con etiquetados sencillos o, incluso, sin etiquetados. El mejor ejemplo es una manzana que no lleva etiqueta ni mucho marketing, simplemente es una manzana y es una opción saludable 100%”. “Además, los alimentos con pocos ingredientes suelen ser mayoritariamente opciones más saludables”, añade.
El experto en nutrición insiste en que debemos llevar mucho más cuidado si tiene “un etiquetado con muchos claims o muy llamativo”. “Quizá tengas que huir de esos tipos de alimentos”, concluye.
Cuidado con los aditivos
Una vez hemos conseguido esquivar las estratagemas de marketing del envase, toca conocer la composición real. La lista de ingredientes es el lugar al que acudir para conocer de qué está hecho realmente lo que compras, estando organizados los componentes de mayor a menor presencia en el producto.
Además de comprobar que realmente está hecho de elementos saludables, debemos tener especial cuidado con los códigos o palabras que no conozcamos. En concreto, Yáñez señala que principalmente debemos evitar “el E-621, que también puede aparecer como glutamato monosódico, además del extracto de levadura, que es muy similar al glutamato”.
También hay que huir de los edulcorantes “como sacarina o E-954, ciclamato o E-952, acesulfamo o E-950, y sobre todo evitar el aspartamo o E-951”. Como endulzantes, “solo son permisibles algunos polialcoholes como eritritol o xilitol, estevia y sucralosa, puestos a elegir los más saludables”.
El nutricionista resume: “Como aditivos a evitar, tenemos el glutamato monosódico y todos los colorantes, ya que hay poquitos que sean saludables o permisibles. Además, los edulcorantes tendríamos que evitar la sacarina, ciclamato, acesulfamo y, a poder ser, aspartamo, que es el más peligroso para nuestra salud. La mayoría de edulcorantes alteran nuestra microbiota y son perjudiciales. Los potenciadores de sabor sabemos que pueden empeorar nuestra tensión arterial, nuestro colesterol y nuestro azúcar en sangre”.
Cómo elegir un buen…
El especialista da varios consejos para elegir en el supermercado productos, pues a priori pueden parecer completamente naturales, pero también tienen su intríngulis.
Para escoger un buen cartón de huevos, lo ideal es “comprarlo de gallinas criadas en libertad, mejor que enjauladas. Siempre que económicamente podamos permitírnoslo”.
En cuanto a la carne, hay que priorizar lo que tenga “carne como único ingrediente o, si no, con el mayor porcentaje de carne posible. Sin colorantes, sin potenciadores de sabor, ni nada más”.
Respecto al pescado, fresco o congelado, “tiene que ser siempre único ingrediente, sin más”.
Y, para terminar, la fruta “es preferible comprarla sin plásticos, de temporada y fresca, y, a poder ser, de cercanía o de nuestro país”.
]]>El vacuno de nuestro país se distingue por su textura tierna y su perfil de sabor distintivo, resultado de la combinación de factores como la alimentación y las condiciones climáticas ideales de la península ibérica. Ya sea a la plancha, guisada o preparada a la parrilla, la carne de vacuno española ofrece una experiencia gastronómica incomparable que resalta la riqueza de la tradición e innovación culinaria de un país con grandes profesionales en los fogones.
Pero ahora la carne de vacuno producida en España va un paso más allá, y es que un grupo de científicos españoles acaba de publicar en la revista Animal el informe Evaluación del impacto ambiental de las cadenas de producción de carne de vacuno que integran sistemas de pastoreo y sin tierra. A la reconocida calidad de la carne de vacuno de España en el mundo se añade un atributo más, y es que este estudio revela que el sistema de producción de la ganadería de vacuno de carne en España emite un 66% menos de gases de efecto invernadero en comparación con la media mundial, si se contrasta con los datos de la FAO.
Fernando Estellés, uno de los investigadores del estudio, enfatiza que estos resultados subrayan el papel esencial de la carne de vacuno española en la sostenibilidad ambiental: "No todas las carnes son iguales, y las cifras demuestran que la carne de vacuno en España se produce de manera más eficiente y con un menor impacto ambiental".
Los científicos también subrayan que aún hay aspectos que no se contemplan en las metodologías actuales de impacto medioambiental como es el efecto que provoca la ganadería de vacuno en carne en el secuestro de carbono, y es que los pastos donde están las vacas podrían llegar a compensar el 60% de las emisiones de estos animales.
También es importante destacar que la huella hídrica por parte del vacuno de carne en nuestro país es un tercio si se compara con la media mundial. Además, el 92% de la dieta de las vacas no compite con los alimentos destinados a las personas. El 8% restante está compuesto principalmente por cereales como el maíz, lo que en su conjunto no influye en el aumento de los precios de los alimentos.
El informe elaborado por Raisa Tinitana-Bayas, Neus Sanjuán, Elena Sanchís Jiménez, Manuel Laínez y Fernando Estellés marca un hito muy importante para poder conocer el verdadero impacto medioambiental de la ganadería de vacuno de carne en España, donde la eficiencia y la sostenibilidad son sellos de identidad de la ganadería de vacuno de carne en España.
A los atributos de calidad, textura, sabor y terneza se suma ahora el de sostenible, una cualidad que hace la carne de vacuno de España aún más única en el mundo.
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